De pequeño hacía un ritual que me ayudaba a dormir
Cerraba los ojos y me veía en una cancha de baloncesto
Las luces de la pista estaban apagadas y yo botaba una pelota bajo la luz de un foco
Sin solución de continuidad pasaba a estar sentado en el banquillo
El pabellón tenía todas las luces encendidas y las gradas estaban llenas de público
Entonces el entrenador me llamaba para entrar a jugar
Nada más salir a la pista me pasaban la pelota
Yo botaba el balón mientras un contrario me marcaba
Fintaba al jugador y lanzaba desde una distancia absurdamente larga
El balón dibujaba una parábola y entraba en la canasta limpiamente
Gracias a ese tiro mi equipo ganaba el partido.
Este ritual se ha mantenido hasta la actualidad
Sigo haciéndolo todas las noches
Puede variar el deporte
Puede ser jugando al fútbol o al frontón o al tenis
Incluso puede ser haciendo ciclismo
Pero la dinámica siempre es la misma
Salir a jugar y ganar epicamente en el último segundo
Pero la verdad es que en mi vida nunca he ganado demasiadas cosas
Ni he sido el mejor en ningún deporte
Entre otras cosas porque nunca dedique tiempo a entrenarme
No he estado horas y horas tirando un balón a la canasta
Ni dando toques a una pelota con el pie sin que cayera al suelo
Nunca me prepare físicamente para ser deportista
No me interesó.
.
Cuando me pongo los cascos y escucho algunas canciones siempre tengo las mismas ensoñaciones
Ya sea oyendo a Seu Jorge tocando a Bowie
O escuchando El aire de la calle de Los delincuentes
O con el ukelele de Xoel López cantando Tierra
O con el piano de Toda mojaita de Gecko Turner
Siempre me transporto a un escenario en el que estoy actuando
Donde toco y canto esa canción
El escenario puede ser el Siki en Sant Louis
O el Harlem en Barcelona
O el Retiro en Madrid
O la masia en Espinelves
En el concierto estoy rodeado de amigas y amigos que me escuchan alucinados
Porque no sabían que yo tocaba la guitarra
O el piano
O que cantaba tan bien
Ni yo tampoco lo sabía
Nunca he aprendido a tocar un instrumento
Demasiadas horas practicando
O he intentado aprender a cantar.
.
Pero siempre he pensado que algún día podría hacer todas estas cosas
Y sucedería de la noche a la mañana
Por qué pasearía por el mismo cruce de caminos que Robert Johnson
Y vendería mi alma al diablo o a dios
Pienso que sería un precio asumible si el resultado es ser un virtuoso
Aunque la genialidad tuviera fecha de caducidad
Porque durante ese tiempo podría encestar la última canasta o marcar el gol vencedor
O cantar Himno generacional N 83
O tocar el órgano en Abre la puerta
O escribir un libro como Paul Auster o Juan Marsé
O dirigir una película como Terry Guilliam o Alberto Rodríguez.
Pero aunque llevo tiempo esperando todavía no ha sucedido
Quizás es que no tengo la disciplina para buscar a un diablo o a un dios al que vender mi alma
O es posible que en el fondo no crea en ellos
De momento seguiré esperando sentado en mi puerta a que vengan
Y ayuden a salir al virtuosos que hay en mí
Así podré hacer la maravillosa actuación que dejara anonadados a mi gente.
.
Y una vez conseguido
Mi gente seguirá con sus vidas
Y yo podré seguir con la mía.
Buscando a los ángeles o a los demonios para ser dioses en la tierra, por un momento ni que sea!
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