Re(in)ventar tu vida

Día 182 y último de mis vacaciones de mí. 3.566.205 pasos dados y 2.915’65 kilómetros caminados.

La cosa esta candela

Puede parecer que durante estas vacaciones de mí haya estado contando los pasos que he dado cada día, o bien puede parecer que he hecho una suma aleatoria de números sin sentido que luego he escrito dándole el nombre de pasos. Ni una cosa ni otra, es más sencillo, mi teléfono móvil tiene una aplicación que cuenta los pasos que he dado cada día, los kilómetros recorridos andando e incluso, el equivalente a los pisos que he subido.

Hace un año y medio decidí reventar mi vida, hacer saltar por los aires todas las pequeñas acciones que realizaba cada día, y emprender un viaje que como decía en el primer post me permitiera alejarme de mí, disociarme de quien soy.

En aquel momento no era consciente de lo complicado que podía resultar algo aparentemente sencillo «si te alejas de ti y tu entorno 10.000 km. dejas de tenerlo presente» no, no funciona así, y menos en la sociedad actual, precisamente porque en tu bolsillo llevas un aparatito que te hace permanecer conectado con tu realidad cotidiana como un cordón umbilical, que no solo te dice que pasos has dado, sino que te recuerda los conflictos políticos y sociales de tu hogar, las buenas nuevas y las tristezas de tus vecinos, el día a día de las personas que quieres… la ironía es que cuando no sabes nada de quienes te importan es peor, porque eres consciente que la posibilidad de estar conectado con las personas que te importan existe, y entonces ese viejo enemigo que es la autoestima te machaca diciéndote que has caído en el olvido, que tú no les importas a ellas.

Cuando uno inicia un proyecto vital tiene expectativas y esperanzas, no sé si a vosotros os pasa pero yo soy poco realista en mis expectativas, normalmente tengo una posición bipolar, o voy a lograr hitos imposibles o lo que he comenzado no servirá de nada, pero esta vez creo que he vivido mi experiencia con aburrida normalidad.

Comencé mis vacaciones de mí a punto de colapsar

Y he acabado el viaje encontrando momentos para hablar de tú a tú con mí otro yo, incluso aprendiéndonos a querer.

Ahora me toca volver a mi hogar, con mi gente, y ver si el trabajo que he hecho estos meses, como si fuera QuickSilver colocando los restos de la explosión en su sitio, ha tenido resultado.

Solo me pido que a partir de ahora me permita vivir con alegría.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: